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martes, 24 de mayo de 2011

Paisaje (I)


También el río tensa

las cuerdas de la cítara.

Sus aguas arquean los filos de la roca.

Escuchas el rumor

perdida en las montañas.

La niebla salpica tus tobillos

y la música se rompe, cristal de porcelana.

Solo entonces contemplas tu rostro entristecido,

sin entender que la música del valle

se escribió para ti.

3 comentarios:

  1. Me recuerda la serie de "Carpe Diem",
    sencillo, directo,
    si no supiese quien lo escribió, no lo adivinaría.
    Me produce un placer íntimo,
    hace presente la consciencia del paso de la vida
    ante nuestros ojos atentos, nuestro oído despiertos.
    Gracias, Miguel. Enrique J.

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