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martes, 14 de junio de 2011
22 barbies sin agujeros
Cuánta teta inútil
cuánto polietileno
y fibra
e hilo que quiere ser cabello.
Cuánto pecho huero
sin corazón ni pezones.
No hay agujeros en las mujeres del rastro.
Ningún orificio por donde drenar
amores y excrementos.
Cuánta cadena de goma
qué sonrientes
qué ojos y que labios tan bien pintados
para no decir nada
no ver nada
no ser más complacientes … por que es imposible ser más sumisas.
El perfecto desfile de mujeres desnudas
está escondido
en el último rincón de un chino del rastro.
Pasen y vean señores
Pasen.
En el todo a cien de la vida
nada hay más auténtico
que estas mujeres de plástico
desnudas y sonrientes.
Sin agujeros.
Nos contemplan en su perfección de silicona
y nosotros, pobres,
sentimos pena por su desnudez,
lástima ante su expresión de bulimia.
Ellas sonríen y nos contemplan
sin boca para insultarnos
sin culo por donde olvidar
hasta el último de nuestros malos pensamientos.
Miguel Martín
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